Sufrir un golpe de calor en verano es bastante común, especialmente en personas mayores y niños así como aquellos que realicen una actividad física intensa o una exposición al calor durante mucho tiempo sin olvidar a los enfermos crónicos que precisan de un tratamiento con pastillas.

Un golpe de calor es un sobrecalentamiento del cuerpo humano debido a las altas temperaturas. Su mecanismo de defensa consiste en redirigir todos los líquidos del cuerpo hacia los órganos vitales para que éstos no sufran alteraciones y conseguir bajar la temperatura corporal extra.

Es por eso que los principales síntomas del golpe de calor son:

1. Palpitaciones frecuentes
2. Orinar escasamente
3. Sequedad y enrojecimiento de la piel
4. Hiperventilación
5. Debilidad y mareo constante
6. Calambres

Cómo combatir un golpe de calor en verano

Lo primero que hay que hacer es conseguir bajar la temperatura corporal de nuestro organismo y aportar el líquido que ha perdido durante el proceso.

Para ello, conviene seguir los siguientes pasos:

1. Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra, fresco y donde exista ventilación
2. Quitarle toda la ropa que pueda oprimirle el organismo para que pueda respirar mejor y, en caso de que se muestre excitada, intentar que se tranquilice respirando despacio y profundamente.
3. Proporcionar pequeños sorbos de agua cada 3-4 minutos para recuperar la hidratación óptima
4. Aplicar gasas o telas húmedas en el cuello, vientre, muñecas y hombros para bajar la temperatura corporal
5. Esperar a que la persona muestre signos de recuperación y evitar que ésta realice actividad física durante las próximas 12 horas

Si los síntomas no remiten, lo mejor es trasladar a la persona al centro médico más cercano.