El cuidado de los pies es algo tan fundamental y tan olvidado dentro de la salud de nuestro organismo. Y es que no nos damos cuenta pero son quienes soportan el peso de toda nuestra estructura ósea.

Y no solo eso, también son el fiel reflejo de algunas dolencias que podemos sufrir o que padeceremos en el futuro como por ejemplo, la artrosis.

Después de un invierno encerrados en el calzado, es el momento de liberar a los pies. Sin embargo, como todo en esta vida, nuestros pies necesitan un periodo de adaptación para adecuarse tanto a los zapatos abiertos como a la subida de temperaturas.

Os dejamos unos consejos para cuidar nuestros pies

Hidratación: Es importante mantener los pies hidratados ya que al estar en contacto con los agentes externos, pueden sufrir grietas. Para ello existen cremas de pies de rápida absorción que favorecen la hidratación y además ayudan a eliminar las pieles muertas.

¿Temes los hongos?: No hay por qué preocuparse. Si bien es cierto son absolutamente normales cuando entramos en contacto con piscinas y playas, existen infinidad de productos contra los hongos en los pies. Pero también, un remedio de la abuela. Secar los pies concienzudamente y no compartir toallas ni chanclas con otras personas.

Mal olor. Otro de los problemas típicos cuando llega el verano. Los pies sudan y por tanto aumenta el olor de los mismos. La opción más natural es lavar los pies con mayor asiduidad y mantener una adecuada ventilación; pero si esto no funciona se puede probar con productos contra el olor de pies que suelen funcionar inmediatamente en la mayoría de los casos.

Durezas incómodas y antiestéticas: Las durezas son normales cuando el pie ha estado sometido al zapato cerrado. Por eso siempre se puede acudir a la piedra pómez para eliminarlas.

Ampollas. Es lo normal. La rozadura de la hebilla, la tira de la sandalia entre los dedos…todo puede provocar ampollas. Por eso existen productos de parafarmacia contra las ampollas que pueden ayudar en casos en el que las tiritas no sean suficiente.